martes, 26 de abril de 2011

Obiní Batá en la tierra de Louverture

Juan Diego Nusa Peñalver, enviado especial de Granma
http://www.granma.cubaweb.cu/2011/04/26/cultura/artic01.html



 PORT AU PRINCE.— El baile, la danza y el canto de las profundas raíces afrocubanas, pilares de nuestra identidad nacional, fueron muy bien acogidos este fin de semana por el público haitiano, de la mano de la agrupación femenina cubana Obiní Batá, en el Festival Internacional de Música y Danza Tradicionales, celebrado en la ciudad de Aquin, departamento Sur.
Magali Comeau Denis, exministra haitiana de Cultura y presidenta de la Fundación Aquin Solidaridad, que organiza este reconocido evento, no se equivocó cuando escogió a la singular agrupación femenina cubana, fundada a inicios de los años 90 del pasado siglo a la vera del Conjunto Folclórico Nacional y el único formato de mujeres que en nuestro país toca los venerados tambores batá: Iyá el mayor, Itótele el mediano y Kónkolo el más pequeño, un mundo vedado hasta entonces por costumbre religiosa para el sexo femenino.
Danza a Oyá, por Obiní Batá, en el Festival Internacional de la ciudad haitiana de Aquin.
Con impecable virtuosismo, a pesar de la juventud de las obiní (mujeres en lengua yoruba), nuestras muchachas danzaron en la Plaza de Armas de Aquin al ritmo frenético de los batá, tocados por tres de las percusionistas del grupo, mientras el resto entonaba cánticos a Obbatalá, Babalú Ayé, Yemayá, Oshún, Oyá, a Elegguá y a otros orishas (dioses) del panteón traído a Cuba por los esclavos africanos, uno de los troncos principales de nuestra nacionalidad.
También hubo espacio para la cadenciosa rumba y el guaguancó, la pegajosa Guantanamera, para la danza de la chancleta e incluso para cantos haitianos en creole (lengua oficial aquí junto al francés), que habla muy bien de la alta maestría alcanzada por el grupo que dirige Eva Despaigne Trujillo.
Con credenciales en Italia, Canadá, España, Martinica, Canadá, Venezuela y Francia, entre otras naciones, la directora de Obiní Batá destacó la extraordinaria acogida del pueblo haitiano y confiesa que ya no tienen tanta oposición, como al comienzo, de los seguidores del culto afrocubano, sobre todo los omó añá, hombres iniciados para percutir los consagrados tambores batá.
Para esta regia mujer los tambores de fundamento en los ritos religiosos solo pueden ser percutidos por un omó añá u olú batá, "pero nosotros hacemos cultura, arte; no estamos haciendo religión", puntualizó.
Cuba fue el único país que conservó esos tambores que llegaron, al igual que a Trinidad y Tobago y a Brasil, con los esclavos traídos a la fuerza desde las costas del Golfo de Guinea hace 300 años.
Los batá son ya instrumentos en nuestras orquestas y unos de los que más aportan a nuestra música con su rica tonalidad y ritmo, una combinación que caracteriza a la música cubana.
Por su parte, la exministra haitiana de Cultura, expresó a Granma que la cita "es una oportunidad para presentar a nuestras comunidades la cultura de otros países del Caribe y la razón de la presencia de Obiní Batá, pues los ritmos afrocubanos se parecen mucho a los nuestros".

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Soy una madre cubana feliz