Enfrentarse al tema de los Cinco
Héroes Cubanos a veces se hace
más difícil porque como comunicadores pensamos que no tenemos todos los argumentos,
preferimos dejar la palabra a los
especialistas o a aquellos que lo
han atendido durante años temerosos, tal vez, de equivocarnos y tratando de no
hablar más de la cuenta para evitar pifiar hacemos silencio algunos de corazón,
otros por comodidad.
Pero lo cierto es que si en algo erramos es en callar cuando
el tema se mantiene más vigente que nunca y no pocas voces se levantan en todos los escenarios
posibles para guiarnos sobre qué otra cosa podemos hacer.
Este miércoles 22 de octubre fue uno de esos días, la
Primera Convención de la Radio y la Televisión, que se celebra en La Habana,
abrió sus puertas a Fernando,
Mirta, Irmita
y Elizabeth
para en compañía del equipo del Programa de Radio Rebelde La luz en lo Oscuro
nos iluminaran el camino en esta lucha necesaria.
Muchas fueron las emociones que se adueñaron del auditorio,
pero si algo no se puede negar es que la intervención de Irmita, la hija de
René, movió la cimiente; esa joven cubana que se sienta ante la concurrencia
con la cabeza erguida y una dura y dolorosa belleza en su rostro, marcada con
una madurez acelerada de 16 años de lucha nos conmovió a todos.
Se dice muy fácil, 16 años soñando con el regreso de su
padre, 16 años que la convirtieron en mujer y madre, 16 años que la llenaron de
argumentos para mostrar con su verbo vibrante y seguro el orgullo por sus
padres, por sus tíos.
En una intervención llena de amor y compromiso reubico el
exacto lugar de esos héroes, nos convidó a trasmitir la nobleza de 5 hombres. En
su reflexión aseveraba que a su padre no lo hace héroe ante sus ojos la medalla
de Héroe de la República de Cuba, ni
el útil cartel que ven todo si no el humanismo, el haber pasado por todo y
salir más humanos.
“Mi padre es cada día más buena gente”, decía, y así nos
acercaba a ese hombre que no solo estuvo lejos de su familia y su patria, sino
que le tocó ver a sus hijas y a su esposa sufrir y crecerse para ser motivo de
alegría a pesar de estar en la cárcel.
En su intervención recordaba que para ella René no dejó de
ser padre en ningún momento, ni la distancia, ni los fríos muros de una celda,
ni la oscuridad de un hueco lo apartaron de la responsabilidad de educar, y así
nos comentaba varias de las cartas que durante esos años le llegaron, en una le
decía “que si él está ahí por luchar por la vida y la vida de su hija se
entristecía… entonces él habría perdido”. ¡Cuán duro encontrar felicidad entre
tanta angustia!
Pero eso no fue suficiente, ese padre previsor al ver la ola
de solidaridad que se les venía encima escribió en otra de sus epístolas: “Mi
hija, yo sé que no tengo que decirte esto, pero recuerda que si yo me creo más
que una de las personas que hondea un banderita en una tribuna por mí, yo no
valgo ni el palo de esa bandera”.
Algo recordó la hija de Héroe con mucha fuerza durante esa
mañana, su historia no era un drama, no era una telenovela, su historia es la Causa de Los Cinco que no necesita
explicar su esencia, pues se halla en las mismas cimientes de la Revolución
Cubana, de la que nacen Héroes desde la modestia, el desinterés, la sencillez,
la nobleza y la sensibilidad, simplemente hombres que hicieron en su momento lo
que tenían que hacer.
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