lunes, 12 de mayo de 2008

Celebran Jornada por el Día Mundial de la libertad de Prensa en Cuba

En el Instituto Internacional de Periodismo José Martí tuvo lugar el coloquio"Por el respeto a la vida de los periodistas", como parte de las acciones en Cuba por la Jornada por el Día Mundial de la Libertad de Prensa, convocada por la Unión de Periodistas de la isla y el coauspicio de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO.
El coloquio se realizó en ocasión del aniversario 50 del asesinato, en La Habana, del periodista ecuatoriano Carlos Batidas Argüello, quien fuera ultimado el 13 de mayo de 1958, después de entrevistar a Fidel Castro en la Sierra Maestra.
En el encuentro Cuba rechazó las nuevas provocaciones de Estados Unidos tras asegurar que el presidente de ese país, George W. Bush, está desesperado pues se acerca al término de su mandato sin poder destruir el proyecto revolucionario en la isla. El tema Cuba continúa entre las obsesiones de la administración de Bush. Recientes acciones argumentan el desespero de ese gobierno ante el avance de la Revolución cubana y la impotencia por no poder destruirla, dijo un reporte del noticiero estelar de la televisión.
Fotografías y videos apoyaron la denuncia cubana al referirse a una videoconferencia del gobernante estadounidense con contrarrevolucionarios aquí el pasado día 6, cuando se cumplieron cuatro años de planes anticubanos de Washington. La fuente destacó que las videoconferencias son un novedoso método del gobierno norteamericano y su Oficina de Intereses en La Habana para dar indicaciones a los grupos contrarrevolucionarios sobre cómo desarrollar sus actividades subversivas en la isla.
La conversación de Bush, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y otros miembros del gabinete se produjo en el aniversario cuarto de la presentación de la Comisión de Ayuda a una Cuba Libre. El informe señaló que la actitud del mandatario norteño no es nada sorprendente, pues al asumir en 2001 prometió destruir a la Revolución.
Igualmente se mostró a un mensajero de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana cuando entregaba paquetes a una integrante de las llamadas Damas de Blanco, consideradas por la isla como punta de lanza de la estrategia anticubana de Bush.
Por otra parte en homenaje al hecho en Quito, capital de Ecuador, tenía lugar este 7 de mayo en la Universidad Técnica de Cotopoxia la presentación del libro Andanzas de Atahualpa Recio, con la firma de Juan Marrero González, Premio Nacional de Periodismo José Martí, en ocasión del aniversario 50 del asesinato de Carlos Bastidas.
El volumen es un extenso reportaje que reconstruye el crimen y ofrece amplios relatos sobre el quehacer profesional del mencionado periodista ecuatoriano. La obra vio por primera vez la luz editorial en Ecuador en el decenio de 1990 y en esta oportunidad su reedición en ese país forma parte de las conmemoraciones que tanto en Quito como en La Habana se realizan en memoria del último periodista asesinado por la dictadura de Fulgencio Batista en 1958. La editorial cubana Pablo de la Torriente también ha realizado una nueva edición de Andanzas de Atahualpa Recio.
Según la investigación de Marrero, el joven periodista ecuatoriano Carlos Bastidas llegó a Cuba a principios del mes de marzo de 1958. Subió a la Sierra Maestra, donde estuvo varias semanas y conversó con Fidel Castro. Regresó a La Habana el domingo 11 de mayo, y el día 13 lo asesinaron en la calle Prado, entre Neptuno y Virtudes.
Bastidas al llegar a la capital cubana se alojó en el hotel Pasaje, cerca de la calle Prado. Y ese mismo día visitó a Jorge Quintana, entonces decano del Colegio de Periodistas en busca de protección. Después, cursó un telegrama a la mamá, pues era Día de las Madres, tras esta gestión fue a la Embajada de Ecuador y allí entregó al embajador Virgilio Chiriboga varios rollos de fotos tomadas en la Sierra Maestra y otros materiales.
¿Dónde y quién lo asesinó? Las respuestas con lujo de detalles las encontrará el lector en las primeras páginas del libro, de cuyo texto adelantamos un resumen: Sucedió en el bar Cachet, a donde llegó acompañado de Luis Gómez Balado, hijo de la propietaria del hotel Pasaje. Minutos después, se presentó en este establecimiento un agente de la policía, el cabo Orlando Marrero Suárez, conocido por Gallo Ronco, quien al entrar empezó a insultar y ofender al joven Bastidas, este protestó y el policía, que era dos veces más corpulento que el periodista, lo golpeó con su puño, e inmediatamente extrajo su pistola y le disparó.
Gallo Ronco, quien había participado en el asesinato del político oposicionista Pelayo Cuervo el 13 de marzo de 1957, estaba al servicio de uno de los más sanguinarios oficiales de la dictadura de Batista, el general Pilar García, célebre por la matanza que dirigió en el cuartel Goicuría, en Matanzas. La censura de prensa impidió divulgar en los periódicos y otros medios el asesinato de Carlos Bastidas.
El Colegio de Periodistas de Cuba pidió se le entregasen los restos para las honras fúnebres. El escándalo público internacional obligó al régimen de Batista acceder a la petición y el 16 de mayo, cinco días más tarde del crimen, fue entregado el cadáver totalmente desnudo, y se veló en la Funeraria Rivero, en Calzada y K, en el Vedado, La Habana. Debido al terror policial que se incrementó, apenas acudieron personas a la funeraria y los pocos que estuvieron firmaron un libro de condolencia abierto junto al féretro. El listado fue enviado a los padres de Bastidas, y en forma de esquela mortuoria lo publicaron en varios periódicos ecuatorianos algunas semanas después.
El sepelio se llevó a cabo el 17 de mayo en la Necrópolis de Colón. Los restos fueron sepultados en el Panteón de la Asociación de Reporteros de La Habana. Jorge Quintana, decano del Colegio, despidió el duelo. Ningún periódico pudo publicar las palabras de despedida, ni tampoco dar información sobre lo sucedido en el bar Cachet. La censura sólo permitió que el Colegio de Periodistas publicase en algunos periódicos una esquela dando cuenta del fallecimiento de un periodista ecuatoriano.
Los restos de Bastidas fueron trasladados en 1998 para el Panteón de los Mártires de la Independencia, donde están los de muchos caídos en las guerras por la libertad de Cuba de los siglos XIX y XX, y los internacionalistas cubanos caídos en Angola.
Carlos Bastidas Argüello se convirtió en el último periodista asesinado en Cuba, nos dice el autor en las palabras introductorias al libro tituladas Rescate de la memoria, donde añade: En los años de poder revolucionario, desde 1958, no ha ocurrido un hecho semejante en Cuba. Jamás un periodista ha sido torturado, desaparecido, asesinado. En el resto de Latinoamérica, en cambio, más de ochocientos periodistas han perdido la vida en el ejercicio de su profesión, muchos de ellos desaparecidos por las dictaduras militares, otros asesinados en el marco de las “democracias” conocidas. Cientos fueron torturados, miles fueron amenazados, agredidos físicamente, despedidos de su trabajo, impedidos de tener afiliación sindical, censurados. Miles, miles… Hasta el día de hoy, inclusive.

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Soy una madre cubana feliz